Esta semana, el cierre del Banco de Desarrollo de Jujuy estará en el centro de una protesta nacional de la Asociación Bancaria ante la falta de respuestas por parte del gobierno provincial, que decidió la liquidación de la entidad. «Buscamos que a los compañeros se los respete como lo que son: trabajadores bancarios, y hay que dar respuesta a toda la sociedad jujeña sobre qué va a suceder con la función social que cumplía el banco», afirmó Sergio Garzón Torres, interventor de la Seccional Jujuy de la Bancaria.

La semana pasada, el gobernador Gerardo Morales le dijo a Palazzo que «le saque» la autorización del Banco Central y él daba marcha atrás con la liquidación. Esto, aun cuando el Central solo desautorizó el uso de la denominación «banco» y no la existencia de la entidad. La respuesta de La Bancaria fue inmediata: que no están dispuestos a hacer tráfico de influencias.

«En todo caso, lo que podemos hacer es acompañar todas las gestiones que son responsabilidad de las autoridades del Banco de Desarrollo y del gobierno, que es el responsable de la entidad», afirmó Garzón Torres en diálogo con el programa Día 6.

El sindicalista recordó el momento en que el gobierno fundó el Banco de Desarrollo, en 2016. «El día de la inauguración del banco con el nuevo nombre, cuando ya habían chocado el Banco de Acción Social con argumentos falaces, diciendo que había una pérdida de 700 mil pesos por mes, el señor gobernador se presentó con nuestros compañeros. Y nosotros creímos en su buena fe», repasó.

«Ahora lo invitamos a que recuerde las palabras que dijo el día de la inauguración, donde no solo reconocía la idoneidad y capacidad de nuestros compañeros para desarrollar esas tareas, sino que hablaba de un nuevo banco que era para el crecimiento sostenido en el tiempo. Él se comprometió con todos los jujeños que depositaron su confianza en el señor gobernador y en su proyecto de gestión. Pero pasó todo lo contrario», agregó.

–¿Qué fue lo que pasó?

–Esa es la pregunta que le hacemos nosotros. Lo único que podemos decir con respecto al banco es que finalmente terminó convirtiéndose en la casa del gran cuñado.

Garzón Torres se refiere a Marcelo Fernández, designado en su momento presidente de la entidad, hermano de la exesposa de Morales. «Asignó a su excuñado una posición para la que tenía absoluto desconocimiento. Nos han convidado con un caramelo de madera con azúcar impalpable. No tenía ningún tipo de idoneidad para desarrollar esa tarea. Y a los hechos nos remitimos», describió.

«Esta persona que nos convidaron en la posición de presidente y el hermano del gobernador (Walter Morales), supuestamente estaban en el directorio para hacerlo más operativo, más eficiente. Y pasó todo lo contrario», agregó.

Tal como ya se denunció, incluso antes de que el gobierno decidiera la liquidación del banco, Fernández «usó la entidad de agencia de turismo», indicó Garzón Torres, y precisó que «realizó en cuatro años 244 viajes por el mundo, a costa del Banco de Desarrollo y a costa del patrimonio de todos los jujeños».

Pero eso no es todo: recordó además que las cinco personas que integran el directorio recibirán por el cierre de la entidad una indemnización por la suma conjunta de 30 millones de pesos.

A la incertidumbre sobre la situación de los 140 trabajadores del ex Banco de Desarrollo, se suma la referida a los préstamos que ya otorgó la entidad. Si bien se crearon entes de control, desde La Bancaria plantean dudas porque «son de autocontrol».

–Delegados denunciaban que el cierre del banco se decidió para tapar una estafa. ¿Creen que hubo algo de eso, o fue mera falta de idoneidad?

–Es la suma de estas cuestiones.

Fuego intencional

«Nosotros conocemos perfectamente la fecha y la hora donde se dio inicio este conflicto -afirmó Garzón Torres-. Tuvimos la certeza de que nuestra posición había calado profundamente en el gobierno, con la primera respuesta que tuvimos: ese mismo día nos prendieron fuego los terrenos que la Asociación Bancaria tiene en Alto Comedero». Se trata del incendio ocurrido el 27 de julio pasado, sobre el que, aseguran, los propios bomberos confirmaron que había sido intencional. «Nosotros no creemos en esas casualidades permanentes», comentó Garzón Torres.

–¿Cómo sigue esto?

–Tenemos una posición desde la Asociación Bancaria que es pública y es colectiva, de conocimiento social y transversal en toda la República Argentina: nos tocan a uno y nos tocan a todos. Acá no tenemos expectativa de que los compañeros se encolumnen detrás de los dirigentes de la Asociación Bancaria. Muy por el contrario, esperamos a mirar a nuestros costados y ver que están luchando y caminando a nuestro lado para luchar por su dignidad.

–¿Persiguen que se reconozca el convenio bancario para los trabajadores y en todo caso se los indemnice como se hace con el directorio?

–No. Lo que estamos buscando es que a los compañeros se les respeten sus derechos adquiridos y se los respete como lo que son: trabajadores bancarios desde la concepción de este banco en su historia. Además, hay que dar respuesta a toda la sociedad jujeña sobre qué va a suceder con los préstamos, con esa función social que cumplía el banco otorgando préstamos para la pequeña y mediana industria y los pequeños emprendedores. Acá no es únicamente una lucha de los trabajadores bancarios sino de toda la clase trabajadora; nosotros estamos concibiendo esto como una lucha y una puja de castas. Porque pareciera que la familia del señor gobernador y todas las personas que están ocupando puestos ejecutivos en distintos organismos del estado provincial sí tienen derecho a ganar 300, 400, 800 mil pesos por mes; pero no el resto de los compañeros, que ganan lo que corresponde en base a un convenio colectivo que es nacional, que se cierra con todas las cámaras bancarias y que es de conocimiento público. Eso no lo vamos a entregar.

fuente: https://elsubmarinojujuy.com.ar/

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